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En Cierta Ciencia, de la mano de la genetista Josefina Cano nos acercamos, cada quince días, al trabajo de muchos investigadores que están poniendo todo su empeño en desenredar la madeja de esa complejidad que nos ha convertido en los únicos animales que pueden y deben manejar a la naturaleza para beneficio mutuo. Hablamos de historias de la biología.

El conocimiento de la Ciencia puede eliminar prejuicios.

Ciencia contra prejuicios - Cierta Ciencia podcast - CienciaEs.com

Es posible que el rechazo frontal de una buena parte de la población al consumo de alimentos que contengan ingredientes venidos de la modificación genética sea debido a un desconocimiento de los procesos científicos por detrás de su elaboración. También es posible que esa actitud se pueda modificar si el público tuviera acceso a la información científica, algo que casi nunca sucede.

Los organismos modificados genéticamente (OMG, MG) se consideran seguros para el consumo humano por una abrumadora mayoría de científicos, pero solo un tercio de los consumidores lo ven de la misma manera.

Un equipo de psicólogos y biólogos de varias universidades, se formó para tratar de descubrir si los prejuicios de los consumidores podrían desaparecer si se les cuenta de forma minuciosa y detallada cómo se hace la modificación genética en el laboratorio. La respuesta es un rotundo sí.

Jonathon McPhetres, psicólogo recién estrenado en un PhD de la Universidad de Rochester declara que él “personalmente se maravilla” con lo que se puede hacer con los genes, en especial con los alimentos, y cita el caso de la papaya que fue salvada de la extinción gracias a la ingeniería genética.

“Podemos hacer que los cultivos sean mejores, más resistentes y que por lo mismo den más beneficios económicos y mejores condiciones a los granjeros, así podremos extender esos beneficios a todo el mundo”, dice McPhetres.

La obtención de OMG mediante la introducción de un gen que viene de otro organismo se ha topado con una pared de controversias ni bien comenzó a practicarse, al inicio de 1994. Ahora y aunque la totalidad de las organizaciones dedicadas a la revisión de la seguridad de los alimentos, entre ellas La Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, La Organización Mundial de la Salud, la Asociación Americana de Medicina consideran que los alimentos MG son seguros, el escepticismo y los ataques no han cesado.

La razón para desconocer la opinión y las declaraciones de las organizaciones científicas pertinentes es que los críticos de los OMG, de forma obstinada los rotulan como “antinaturales”, “frankestéinicos”, desconociendo la última revisión detallada de todo lo publicado sobre la investigación con modificados, y que en 2016 encontró que no había alguna evidencia convincente de cualquier efecto negativo para la salud o el medio ambiente ocasionada por los alimentos modificados.

El equipo de psicólogos y biólogos pertenecientes a la Universidad de Rochester, La Universidad de Ámsterdam y La Cardiff en Gales aunaron esfuerzos para saber si es posible revertir el cisma.

“La orientación política y variables demográficas pueden llevar a ciertas actitudes y eso no lo podemos cambiar. Lo que sí podemos hacer es enseñarle a las personas sobre la ciencia por detrás de los OMG, y parece que eso sí es efectivo para que ellas tomen sus decisiones de una manera más equilibrada con sus deseos de consumir o evitar los productos”, dice McPheres, líder del equipo de investigación.

Investigaciones previas han señalado que más de la mitad de las personas en Estados Unidos saben poco o nada sobre los alimentos modificados.

En una serie de estudios, el equipo descubrió que el conocimiento que las personas tienen sobre los alimentos MG, es el mayor factor determinante a la hora de formarse una idea de lo que son. Fue 19 veces más importante que el nivel de educación, el estado socioeconómico, el grupo étnico, la edad y el género.

El equipo replicó los hallazgos de su estudio en Estados Unidos, en el Reino Unido y Holanda donde la oposición a los alimentos modificados tiende a ser mayor. En los dos países las regulaciones son mayores atendiendo a las exigencias de las preocupaciones de los consumidores.

En una primera fase del estudio, usando una muestra representativa, los participantes respondieron en una escala del 1 al 3 sobre su actitud hacia los alimentos MG, donde 1 es no me importa si los alimentos han sido modificados genéticamente, 2, los probaría aunque prefiero los no modificados y 3, no comeré modificados. Lo siguiente para el equipo fue hacer una serie de 11 preguntas relativas al conocimiento científico en general, como las de si el universo comenzó con una gran explosión, los antibióticos matan a los virus igual que lo hacen con las bacterias, los electrones son más pequeño que los átomos, o cuánto se demora la tierra en su órbita alrededor del sol. En otra fase, los participantes hicieron una prueba adicional sobre su conocimiento sobre la ciencia, los métodos y los beneficios de los OMG y la producción de alimentos que los incorporan.

El equipo encontró que ese conocimiento específico sobre los alimentos modificados es independiente del nivel general de conocimiento de la ciencia de las personas, convirtiendo el conocimiento sobre los OMG en un indicador fuerte, casi el doble, de la actitud hacia ellos.

Los alimentos modificados: una guía para sobrepasar al escepticismo

Los investigadores realizaron luego un estudio longitudinal de cinco semanas con 231 estudiantes en los Estados Unidos para saber si la falta de conocimiento sobre los alimentos modificados puede superarse, primero enseñándoles a los participantes la ciencia básica que sustente la tecnología de la modificación genética y segundo si un mayor conocimiento cambiaría las actitudes. McPhetres trabajó con estudiantes de Rochester y con Jennifer Brisson, profesora asociada de biología, quien proveyó los materias de estudio y aprendizaje.

El equipo descubrió que aprender la ciencia que sustenta la modificación llevó a actitudes más positivas hacia los alimentos que usan OMG y a un mayor deseo de consumirlos. También disminuyó la percepción de que ellos son un riesgo para la salud

Sus hallazgos, argumenta el equipo, son una demostración de que la falta de la información científica pertinente es la base de esas actitudes de rechazo a la ciencia y la tecnología, tan extendida en estos tiempos. Una paradoja en esos países donde las dos están más adelantadas que en el resto del mundo.

Los módulos de enseñanza del equipo evitaron cualquier controversia que “enjuiciara creencias o convicciones preexistentes”, sugiriendo una guía relativamente simple sobre como sobrepasar al escepticismo sobre los alimentos MG: enfocarse en la ciencia que los hace posibles y no en el mensaje.

Para McPhetres, el estudio encaja de maravilla en su investigación mayor, enfocada en conocer cómo se entrelazan el conocimiento básico de las personas de la ciencia, y el interés que ella pueda generarles, y lo más importante, cómo mejorar las dos cosas.

Conocimiento y valoración de la ciencia, “esa es la clase de información que las personas necesitan para tomar decisiones sobre los productos que usan y sobre los alimentos que comen”, comenta McPhetres.

Y con seguridad que la forma como el equipo abordó el estudio podrá ser de utilidad para tantos otros problemas que tienen como sustento el desconocimiento: el miedo a las vacunas, el uso de medicamentos y prácticas que causan más daño que beneficio, son solo dos ejemplos. Si el público estuviera informado, si conociera las bases de la ciencia, quizá no habría tanta resistencia a aceptar la evidencia científica en lugar de permitir que la ignorancia se cobre vidas, no solo en sentido metafórico sino vidas de niños que mueren por recibir tratamientos de charlatanes o porque no se los vacuna.

JOSEFINA CANO
Ph.D. Genética Molecular

Más información en el Blog Cierta Ciencia

Obras de Josefina Cano:

Viaje al centro del cerebro. Historias para jóvenes de todas las edades (Amazon)

En Colombia en la Librería Panamericana y en Bogotá en la Librería Nacional

Viaje al centro del cerebro. Historias para jóvenes de todas las edades. (Planeta)


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